jueves, 25 de agosto de 2011

GIMNASIA EMOCIONAL. //// Obtenido de las paginas JUNTOS PODEMOS Y AGORAFOBIA "Paz para tus Nervios"

                                                                     

EQUILIBRAR EL CARÁCTER, EQUILIBRANDO EL CUERPO


            Si hubiéramos vivido otro pasado, ahora seríamos distintos a como somos. Pues las personas cambiamos a raíz de las experiencias que vamos atravesando. Así, nuestro carácter va esculpiéndose y determinando nuestra forma de movernos, de andar, de hablar y hasta de respirar, en suma de usar nuestro cuerpo.
  Ya desde el primer instante en que vemos a alguien nos hacemos una idea de él por como se mueve y por las posiciones que adopta. Y aunque no lo pensemos, esta imagen condiciona cómo tratamos a la persona. Lo prueba el hecho de que con las gentes que vamos conociendo lo largo la vida nos tiende a pasar más o menos lo mismo.
  Ya que nuestro carácter determina todo lo que nos pasa y puede cambiar ¿Cómo mejorarlo?

NUESTRO CARÁCTER: NUESTRO DESTINO

            Es inútil, por ejemplo, que a una persona sumisa la cual siempre baja cabeza le repitamos que se haga valer, aunque lo entienda y quiera lograrlo, mientras siga con su postura apocada se sentirá dócil y los demás la trataran en consecuencia.
  Dado que cada gesto equivale a una actitud instaurada y una predisposición a comportarse de una forma, si trabajamos los músculos necesarios para que la persona compense su actitud postural conseguimos que se sienta mejor predispuesta. Porque, de hecho lo que hacemos es más importante que lo que pensamos a la hora de marcar nuestro destinoEl gesto hace que uno mismo se sienta de una forma y que los demás aun se lo hagan sentir más.
  Para que la persona mejore ha de usar de modo abierto y armónico su cuerpo: como hacíamos todos cuando teníamos solo un año de vida y aun no habíamos generado un carácter que nos limitara.

¿POR QUÉ TANTA GENTE MANTIENE UN CARÁCTER DESEQUILIBRADO?

            Cuando alguien hace algo constantemente, se olvida de que lo hace. Si por ejemplo a quien va con la cabeza baja le pedimos que la alce, lo hará solo mientras lo intente activamente, al pensar cualquier otra cosa volverá a “ser él mismo” y la bajará.
  El problema con el que se encuentra quien quiere superar su carácter por si mismo, sin recurrir a ningún método, es que su modo de moverse y estar se encuentra “sedimentado” pues lleva ya muchos años y por tanto lo siente como algo cómodo, aunque objetivamente no lo sea. (Llevar la cabeza- en nuestro ejemplo- baja es desplazarla del centro físico de equilibrio y por tanto objetivamente requiere más esfuerzo).
  Esta sensación “de falsa comodidad” se debe a la costumbre: siempre nos parece más fácil continuar haciendo lo mismo que ya hacemos. Y, mejorar es difícil porque requiere oponerse a uno mismo, puesto que implica afrontar sensaciones nuevas: obliga a vivir situaciones distintas frente a los demás y tener que improvisar. Las personas cuando lo intentan, se sienten como haciendo algo “sin permiso” o “fingiendo” cuando por el contrario, es precisamente esta nueva actitud la puerta hacia su libertad y espontaneidad.





GIMNASIA EMOCIONAL: UN MÉTODO PARA EQUILIBRAR EL CARÁCTER

            Pero el carácter al ser algo aprendido, puede continuar cambiando: podemos mejorarlo. Existen muchas teorías que proponen la mejora del carácter a partir del ejercicio corporal como las de figuras tan reconocidas como Lowen, Alexander, Feldenkreis y Keleman.
  El método de la gimnasia emocional recopila y sintetiza muchos de los principios en los que se basan dichos autores; propone un “paso a paso”, para liberar el cuerpo de las tensiones y tendencias que lo limitan.

  Para ello, la Gimnasia Emocional facilita el que la persona reconozca primero su propia postura y mímica; se haga más consciente de cómo emplea el cuerpo, y de los sentimientos que ello le implica. Una vez dicha persona ya sabe lo que hace, puede escoger los movimientos o ejercicios indicados para centrarse, mejorando así su equilibrio globalmente.
  La gimnasia emocional contempla nueve tipos básicos de personas. El practicante debe reconocer en cual de estos tipos (con su actitud corporal) correspondiente, se considera mejor descrito, a partir de allí inicia los ejercicios recomendados para compensar o centrar dicha tendencia.
Veamos un ejemplo: Si una persona tiene una fuerte tendencia perfeccionista, al esforzarse por actuar de modo impecable, este constante esmero le convierte en alguien tenso o rígido. Su propia “necesidad” de actuar de manera perfecta le exige controlar sus emociones e impulsos para quedar a salvo de cualquier crítica. Y el “no dejarse ir” le requiere contrariar sus tendencias incrementando su descontento interior. Además, puesto que ser perfecto es un objetivo imposible para un ser humano, acumulará cada vez más frustración.

Y para colmo, dado que su actitud corporal le impulsa a asumir demasiadas responsabilidades y hacer por los demás cosas que en realidad podrían hacerse ellos, ira incrementando siempre una “hostilidad contenida”. (Un callado: “Con todo lo que me estoy esforzando por ti ¿Eso es lo que tu me haces?” ) El saldo de esta manera de ir por la vida es una ira negada que a la larga genera odio y ruptura.

Los ejercicios de gimnasia emocional indicados le permiten a este tipo de persona flexibilizarse, dejarse ir, y distenderse. Así adopta una forma más decontractada de ir por la vida. Pasa de intentar hacer las cosas perfectas a intentar disfrutarlas. ¿Cómo? Mediante :

La expresión facial asociada al ejercicio es la distensión de toda la cara mediante la liberación de la llamada “sonrisa natural”; una expresión de placidez que inunda todo el semblante.

El ejercicio básico es una flexión basada en las teorías bioenergéticas de Alexander Lowen que relaja toda la espalda, y aporta al cuerpo una actitud más libre. La persona, se sitúa de pie con las piernas separadas cómodamente y decontractadas.

El movimiento consiste en trazar lentamente una amplia redonda imaginaria en el suelo y cada circulo se sincroniza con una respiración plena. Después se cambia de sentido de rotación. Basta realizar diez respiraciones para notarse mucho más distendido y abierto al aquí y ahora
Además, la gimnasia emocional propone al practicante perfeccionista de nuestro ejemplo varias formas de flexión divertidas y sencillas, que redundan en su nueva sensación de placidez y relax. Es así como el practicante se libera de su carácter, en el caso de este ejemplo permitiéndose ser menos tenso y estricto, ser más flexible consigo mismo, y por tanto con los demás en suma: más capaz de gozar.


¿Qué se logra practicando la gimnasia emocional?
La persona que practica, la gimnasia emocional, sea como sea su estructura caracterial previa, consigue:

- Desde el punto de vista puramente físico, ganar algo de altura, pues las tensiones innecesarias acortan la anatomía, así como mejorar la voz y el brillo de la mirada.
- Superar la actitud instaurada. (Su antiguo “Modo de ir por la vida”) para sentirse más espontáneo.
- Hacer un uso más pleno y armónico del propio cuerpo (Empezar a ser “el mismo” de formas más ricas y satisfactorias)
- Proyectar a los demás una imagen mas centrada (Al actuar distinto, empiezan a sucederle cosas distintas en su trato con los demás)
- Conocer mejor el carácter de los otros, a partir del modo en que usan su cuerpo (El trabajo que ha hecho en su propio cuerpo le autoriza para comprender y ser más consciente de lo que hacen los demás con los suyos)
- Comprender que el propio bienestar depende de lo que uno haga (Lo que equivale a controlar activamente la propia vida.)


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FUENTE: 
http://perso.wanadoo.es/avafvalencia/GIMNASIA%20EMOCIONAL.htm

REDES ¿Por qué nos engaña el cerebro?


Resumen del programa número 331 emitido el 26 de octubre de 2004 por La2 de tve (a las tantas de la madrugada).
"Nuestro cerebro nos engaña. Muchas más veces de lo que imaginamos. Nos engaña cuando recordamos y cuando pensamos en nosotros mismos. Cuando soñamos y cuando percibimos la realidad que nos rodea.Nuestro cerebro finge, adultera, falsifica.Pero tiene buenas razones para hacerlo. Para nuestro cerebro es más importante contarnos una historia consistente que contarnos una historia verdadera. Tiene muy claro que el mundo real es menos importante que el mundo que necesitamos.
¿Qué parte es real y cual reinventada? Y la memoria, ¿qué papel juega? Los humanos, ¿somos producto de la memoria o de nuestra imaginación? Estas y otras apasionantes preguntas sobre el cerebro, la memoria y la realidad serán algunas de las cuestiones que se abordarán en el programa. Para desvelar algo más sobre el funcionamiento del cerebro humano Eduardo Punset entrevista a Stephen Rose, prestigioso neurobiólogo y director del Brain and Behaviour research Group at the Open University of UK."